NO ENTIENDO NADA.

Desde que se iniciaron tanto el feminismo radical como los grupos LGTB siempre me ha sorprendido que con la cantidad de manifestaciones de todo tipo que llevan a cabo ambos grupos en relación con sus derechos en países occidentales, a pesar de que cada vez se les respeta más, nunca jamás han organizado una gran manifestación contra el trato que les da el Islam.

Quiero dejar claro que mi opinión es que cada uno haga en su casa y con su cuerpo lo que le dé la gana, siempre que actúe con civismo y por lo tanto no tengo absolutamente nada ni contra feministas ni contra LGTB, e incluso puedo darles la razón en algunas de sus quejas.

Las organizaciones feministas que ponen el grito en el cielo en países occidentales, si aplicasen el mismo criterio a países musulmanes gobernados por la Sharía – Ley Coránica, no podrían hacer otra cosa que conseguir armas para sus miembros y montar un ejército para acabar con la mujer ciudadano de quinta categoría. Lo mismo es aplicable a los LGTB, con el agravante que en los países del Islam radical, Arabia Saudita, Irán, Yemen, Somalia, Sudan, Afganistán,  etc., el trato a los LGTB es directo y rápido, simplemente los eliminan.

Siempre me ha extrañado la agresividad que demuestran en defensa de sus legítimos intereses en Occidente en contraste con el silencio que mantienen en relación con el Islam, una religión que a unas las rebaja a personas secundarias y a los otros simplemente los ejecuta.

Pero hoy me he enterado de algo que me ha recordado el refrán que dice que donde hay más locos de atar es fuera de los manicomios.

Este año el festival de Eurovisión se celebra en Tel Aviv porque Israel ganó el festival en 2018, y al tiempo que en Francia anunciaban que su representante sería Bilal Hassani, un cantante transexual, más de 60 entidades del colectivo LGTB proponen, impulsados por entidades palestinas, el boicot al certamen por el “uso cínico de los derechos de los homosexuales para justificar la ocupación, el colonialismo y el apartheid de Israel con Palestina”.

Teniendo en cuenta que en la autoridad palestina no se aplica el Islam radical pero si lo hace Hamas en Gaza, la única conclusión es que los LGTB consideran mucho peor a alguien que reconoce sus derechos pero de forma cínica, a quien no se los reconoce y encima los mata.

El hecho me ha parecido similar a que en los años 30 del siglo pasado un judío alemán pidiese el carnet del partido nazi.